Caroline Wyatt
BBC
La pieza más reciente del kit de alta tecnología que será repartido a las tropas británicas destacadas en la provincia de Helmand, en Afganistán, son los calzoncillos blindados.
El nombre puede sonar irreverente, pero la intención que esconde es muy seria: proteger a los soldados de lesiones en el área pélvica, causadas por las explosiones de bombas que son colocadas por los insurgentes talibanes en los bordes de carreteras.
A todos los miembros de las tropas que partirán a Helmand se les han entregado cuatro calzoncillos antiexplosivos.
Lucen como shorts de ciclistas, pero están hechos de un material balístico especial compuesto de seda y fibras sintéticas, que -a pesar de ser ultra ligero- puede detener o mitigar los efectos de las pequeñas partículas de metralla y polvo que viajan a gran velocidad después de una explosión.
Aunque no hay cifras disponibles, muchos de los soldados heridos por bombas en Afganistán han sufrido lesiones graves en el área pélvica, debidas –en su mayoría- al creciente uso de las bombas de carretera que son activadas por las propias víctimas (el peso de un soldado o vehículo provoca la explosión).
Eso significa que mucha de la fuerza destructiva de la onda expansiva se dirige hacia arriba, directamente hacia la ingle y la parte superior de las piernas.
Examinando la protección
Unos 45.000 calzoncillos ya han sido entregados en Afganistán, junto a otros 15.000 que ya están listos para ser repartidos entre las tropas de despliegue. Se espera que a principios de 2011, el fabricante -ubicado en Irlanda del Norte- entregue un pedido realizado por 6 millones de libras (US$9.3 millones).
Una segunda "capa" de protección adicional al calzoncillo de combate, también distribuida a los soldados, viene en colores de camuflaje: luce como ropa interior abultada, se amarra en ambos lados y se utiliza encima de los pantalones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario