En Estados Unidos se está tramando el regreso RoboCop, pero en esta ocasión la idea no ha surgido en ningún millonario estudio cinematográfico de Los Ángeles ni la darán forma, creativos y guionistas de cine.
Ahora es un grupo de vecinos de Detroit, la ciudad que el policía cyborg salvó de la decadencia y la criminalidad en la famosa película de los años 80, los que están apoyando una iniciativa para construir una estatua metálica del famoso personaje.
Su objetivo es promover el turismo para tratar de resolver el principal problema que sufre Detroit hoy en día: una profunda crisis económica de la que sus vecinos no acaban de ver la salida.
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