Texto: Antonio Pérez Esclarín
Fe y Alegría nació hace 56 años queriendo dar respuesta a la situación de injusticia educativa que representaba más de la mitad de la población sin saber leer ni escribir. En la raíz de su nacimiento se unieron la indignación osada, contagiosa y constructiva del Padre Vélaz y sus universitarios ante la realidad de la miseria, con la generosidad rotunda del obrero Abraham Reyes, que cedió su casa, en el actual 23 de Enero de Caracas, para que en ella funcionara la primera escuela.
Esa respuesta inicial, como semilla buena caída en tierra fecunda, se multiplicó rápidamente, y se convirtió en una amplísima red de escuelas, talleres, emisoras de radio, institutos universitarios, centros de formación, investigación y capacitación siempre al servicio de los más pobres y necesitados, en 19 países.
Han transcurrido 56 años desde el nacimiento de Fe y Alegría. Fueron necesarios muchos años de trabajo responsable y grandes sacrificios para lograr un primer reconocimiento del Estado, muy tímido, con el otorgamiento del primer subsidio. Los veinte primeros años se subsistió con donaciones, rifas, numerosas actividades para recabar fondos y, sobre todo, con la generosidad y entrega a raudales de sus maestros y trabajadores. Fueron miles de personas, religiosas y laicos, que se contagiaron de ese espíritu solidario y comprometido del fundador y lucharon venciendo los obstáculos. Se crecieron en las dificultades.
Por fin, el año 1991, el Estado venezolano asumió su responsabilidad con los alumnos de los sectores populares y firmó un convenio entre el Ministerio de Educación y la Asociación Venezolana de Educación Católica (Avec). Desde ese momento nos convertimos en socios del Gobierno en su obligación de brindar el derecho a la educación de calidad de los niños, jóvenes y adolescentes que se forman en Fe y Alegría y en los centros populares católicos.
Actualmente, debemos reconocer los esfuerzos del l Estado venezolano por cumplir el Convenio, al que se le van añadiendo nuevos beneficios para los trabajadores, como por ejemplo el derecho a la jubilación para el personal docente, aunque en los últimos años, no se ha hecho efectiva a ningún trabajador.
Pero todavía sentimos que no se nos considera auténticos socios en la misión de educar: no nos sentamos en la misma mesa a analizar y enriquecer temas como la formación docente, la calidad de la educación, la educación en valores o la educación para el trabajo productivo, en los que tenemos propuestas y experiencias exitosas. Tampoco se determina mediante el diálogo, lo que debe ser el presupuesto justo que necesita la educación popular para que se cumplan los convenios con calidad y eficiencia. Las consecuencias son evidentes: cuando se aprueba un presupuesto justo, el año escolar avanza con gran satisfacción del personal y de los alumnos y participantes. Cuando el presupuesto que se aprueba, es menor al solicitado y necesitado, llegamos a situaciones como la que tenemos en este momento.
Al personal docente bajo el Convenio Mppe – Avec, todavía no se le ha cancelado el aumento derivado de la contratación colectiva que supone un aumento del 40%, retroactivo desde el mes de Mayo. El aguinaldo, que según promesas lo cobraremos por fin en próximos días, será con el sueldo “viejo”. El mes de Enero de 2012, no solo no cobraremos el nuevo 8% de incremento, sino que el personal adscrito al Mppe cobrará un 51,2% más que nosotros. Y desconocemos la fecha en que se logrará la ansiada nivelación salarial y el logro efectivo de la jubilación. Lo mismo, pero amplificado, sucede con el personal que labora en los institutos universitarios de Fe y Alegría, que llevan 4 años cobrando 15 bolívares la hora.
Nadie que conozca alguno de nuestros programas puede dudar de la entrega, generosidad y responsabilidad de nuestros trabajadores por brindar a los más pobres una educación popular de calidad. Por ello, si bien seguimos trabajando a pesar de las dificultades y problemas, pues no queremos violentar el derecho a la educación de nuestros alumnos, pedimos presupuesto justo para seguir siendo respuesta educativa a la injusticia que todavía sufren los más pobres en Venezuela.
Profesor / filósofopesclarin@gmail.com
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