viernes, 10 de febrero de 2012

Elba Rangel (1936- 2006)




escrito por Eudes José Blanco Prieto   Fuente: Diario Los Andes
lunes, 06 de febrero de 2012
El personaje que describo hoy fue sin lugar a dudas una mujer extraordinaria, me refiero a María Elba Rangel Peña, quien nace en Mucutuy, estado Mérida, el 10 de febrero de 1936. Sus padres Guillermina Peña y José Antonio Rangel Rivas.

Siendo niña pierde a su madre, asumiendo la atención de sus hermanos menores. Cursa y finaliza sus estudios de primaria en la población de Lagunillas del estado Mérida.

A los diecisiete años, específicamente en abril de 1953, llega a El Vigía, junto con su familia. Su padre ya estaba residenciado en la aldea, huyéndole a una tenaz persecución de los esbirros de la Seguridad Nacional, que lo había hecho trasladarse a Tovar desde la población de Lagunillas, donde residía con el grupo familiar y había alcanzado progreso económico como comerciante.

A su arribo a El Vigía, Elba, colabora con su papá atendiendo un restaurante que se encontraba ubicado en el sector el Tamarindo. Al año y hasta 1958 se desempeñó como enfermera practicante en Santa Bárbara del Zulia. En 1959 ingresa como empleada de la Cervecería Zulia, en la cual laboró hasta la desaparición de la empresa.

Hay que destacar en Elba Rangel tres pasiones: la política, el sindicalismo y su profundo amor a la familia. Efrén Ortiz, expresa que "Elba perteneció a esa generación que en su adolescencia soñó con la grandeza de su pueblo", por ello que inició su lucha política y su militancia en las filas de Acción Democrática, luego de la caída del régimen perejimenista, hasta 1.967, cuando pasa a constituir el Movimiento Electoral del Pueblo (MEP), donde militó hasta su muerte ocurrida en la ciudad que la adoptó como suya, el 23 de julio del 2006, a la edad de setenta años.

Su accionar político la llevó a ser electa para la Junta Administradora del Concejo Municipal, presidida por Arturo Rodríguez e integrado por los concejales: Simón Parra Cardozo, Orosmán Rojas, Héctor Amable Mora y Oscar Lujano, su postulación fue apoyada por Acción Democrática. Después sale otra vez electa concejal, pero esta vez con el apoyo del Movimiento Electoral del Pueblo, siendo así la primera concejal del Municipio.

Su segunda pasión la actividad sindical, la destacó y la llevó a ganarse el respeto, en un campo que era de accionar exclusivo para los hombres. Su imagen de dirigente sindical, estuvo signada por un sincero compromiso con sus representados gremiales, quienes tuvieron en ella una confiable defensora de sus intereses y una combatiente luchadora de sus reivindicaciones. En este campo impuso dos valores tan necesarios hoy: el apego a la verdad y la honestidad, los llevaba a extremos sin igual. No es sorprendente ni producto del azar que haya llegado a presidir el Sindicato de la Bebida en el estado Mérida.

El amor y el apego a su familia, fue permanente, a raíz de la muerte de su madre, asume junto con su padre la atención de sus hermanos menores, transfiere ese sentimiento a los hermanos nacidos bajo la segunda unión matrimonial de su padre.

Un elemento que es indiscutible era su profundo amor a su padre, por ello que reconociera públicamente: "A mí me afectó mucho la muerte de mi papá", situación que junto a la decepción política, la llevó retirarse de la vida pública y social.

En las postrimerías de su vida, instala en el aeropuerto Juan Pablo Pérez Alfonso, una pequeña librería, emulando así a su apreciado padre a quien se le recuerda como el librero de la aldea El Vigía.

*Director del Centro de Investigaciones históricas y sociales del municipio Alberto Adriani (Cihsmaa). cihsmaa@gmail.com

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