Educadores Vigienses

Escrito por Eudes J. Blanco P.*     

Lunes, 14 de enero de 2013 y publicado por el diario los andes

El 15 de enero de 1932, constituye una fecha significativa en la historia educativa venezolana, se inicia una revolución educativa contra la represión y abandono en el que se encontraba el país, que tiene su mejor expresión en la creación de la Federación Venezolana de Maestros en 1936.

El papel de los docentes en la construcción y fortalecimiento del municipio Alberto Adriani es indiscutible. Se debe resaltar en primer lugar a los maestros que por vocación y generosidad, sin un título académico y un nombramiento oficial, hicieron de la profesión un apostolado: Martín López, considerado por muchos, como el primer docente de la aldea de El Vigía; el maestro Olivo, en la población de La Palmita, quien compartía esta actividad con su profesión de carpintero y María Antonia Dávila Ramírez "Toñita", son representantes de este grupo pionero que esperan aún su justo reconocimiento.

En la educación oficial del municipio, destaca en primer lugar, doña Josefa Rojas de Salazar, considerada como la primera maestra oficial del municipio Alberto Adriani, en base a su nombramiento Nº 571, emanado desde Caracas, el 16 de enero de 1939, con destino a Aroa.

En esta misma escuela ingresa a la docencia el 1 de octubre de 1947, el profesor Rafael Uzcátegui Salazar, quien en 1954 forma parte del personal docente de la Escuela Nacional Graduada Mauricio Encinoso y en 1959 fue designado como su director. No se puede omitir el nombre del profesor Héctor Gustavo Márquez, quien llega a El Vigía en 1955, como el primer director oficial de esta institución y Guillermo Briceño, considerado como el primer normalista nativo del municipio.

Sería imperdonable no destacar la labor de los presbíteros José Ignacio Olivares y Mario Santiago Valero, fundadores del colegio Santa Teresita y del Liceo Alberto Adriani, respectivamente, así como los nombres de: Martín Salazar, Estromiro Nieto, Alipio Mora, Leobaldo Lobo, Isaac Mexeira, Luis Alcides Salas, Julio César Manrique, Héctor Viloria, Arecio Arellano, Orlando Cacique, Adelis Nava, Juan de Dios Pimentel, Cecilio Labrador, entre otros.

Hay que hacer mención especial del profesor Antonio Ignacio Rivas, docente vigiense, héroe en la tragedia en el puente de La Llovizna, estado Bolívar, en agosto de 1964, cuando participaba en una convención de la Federación Venezolana de Maestros y del profesor Delibrando Varela, ejemplo viviente de la vocación pedagógica.

La presencia femenina en el magisterio vigiense ha sido decisiva; de dicha labor se pueden destacar: Blanca de León, Regina Montoya, Elda Ramírez, Gladys García, Gladis de Salcedo, Adela Mora de Gutiérrez, Teresa de Arellano, Felícita Gómez, Domitila Briceño, Carmen Morales, Clemencia Briceño, Celsa Romero del Mar, doña Carmen Fernández, Rosa Noguera, Eduvina Bonilla, Romelia Chacón de Vivas, Ofelia Peña de Gómez, Rosa Durán, Romelia Molina, Filomena Zerpa, Teresa Dugarte de Torres, Carmen de Salazar, Hilda de Sanabria, Olga Pineda de Santos, Casilda Morillo de Ramírez, Rosa Guerrero, Gladis Rojas, Omaira Blanco de Nava y Tahide Arellano, entre otras.

Sin lugar a dudas que los hombres y mujeres mencionados, algunos fallecidos y otros jubilados, así como los que escapan de la memoria colectiva, ejemplarizan el concepto que Bolívar tenía del educador "...hombre generoso y amante de la patria, que sacrificando su reposo y su libertad, se consagra al generoso ejercicio de crearle ciudadanos al Estado que le defiendan, le ilustren, le santifiquen, le embellezcan y le engendren otros tan dignos como él".