La
fundación José dolores molina despidió el mes de octubre con una gran caminata
ecológica inter municipal e inter estadal, (inicio en el municipio Zea en el
estado Mérida y culminó en el municipio Samuel Darío Maldonado del estado
Táchira), en la cual participaron 25 caminantes entre niños, adolecentes,
jóvenes y no tan jóvenes, quienes sortearon cuestas empinadas, senderos pedregosos,
caminos desnivelados y una “pared” de
carretera para completar los cerca de 8
kilómetros de recorrido.
El periplo inició en el centro cultural de El
Vigía donde los aventureros tomaron la unidad autobusera, con destino al
rinconcito encantado, Zea, allí, luego
de tomar el desayuno, realizar estiramientos y recibir las indicaciones de los
organizadores y guías, los enérgicos
participantes emprendieron su trayecto a eso de las 9:10 am, rumbo a la
cuchilla del niño, primera parada oficial (todas las otras paradas subiendo
esta cuesta no se toman en cuenta), con permiso previo, el grupo se fue
desintegrando entre los que iban más rápido y los que necesitaban más tiempo
para sortear cada rampa encementada de este camino, así, el primer grupo
llegaría a la cima a eso de las 9:50, mientras que el ultimo arribaría a las
10:19. Aquí, la organización tenía preparada una rica hidratación con
mandarinas y cambur, y luego de la foto oficial y nuevas indicaciones, el
profesor pedro parra tomo la guía de cabeza de grupo para iniciar el descenso a
la segunda parada (oficial) que sería el caserío de las cocuizas.
De esta manera se emprendió el descenso a las cocuizas, por un
sendero angosto, empinado, empedrado y
en ciertos tramos pantanoso, el grupo siguió los mismos lineamentos con un guía
a la cabeza uno intermedio y uno al final para acompañar a los rezagados de
manera que todos pudieran llegar a la meta sin apuros y desgastes innecesarios,
y poco a poco, en compañía de hermosos
paisajes naturales, todos llegaron hasta la meta preestablecida, el caserío las
cocuiza ya en el estado Táchira. Aquí el grupo se reagrupo nuevamente y luego
de la foto oficial se continúo el camino rumbo hasta la tercera parada, el
puente sobre el rio Escalante.
Dese este punto la ruta hasta el puente, se planteó más sencilla, relativamente, pues ya
eran más de dos horas de caminata y las piernas ya habían empezado a sufrir el
rigor de la marcha, más cuando el cuerpo no está acostumbrado a tanto ejercicio
junto; sin embargo el grupo marcho, y poco a poco se fue desintegrando, pero
siempre con las mismas previsiones de dividir los guías de apoyo para que ni el
ultimo caminante quedara solo. Este recorrido se realizó ya por un camino apto
para vehículos, con tramos de tierra firme y otros encementados con muchas subidas y bajadas, por donde se
podía apreciar dos montañas una a cada
lado del camino, a la mano izquierda la de la cuchilla del niño y a la derecha
la que faltaba subir para llegar a Hernández. Y paso a paso se llegó hasta la
penúltima parada, el puente de guerra sobre el rio Escalante, allí el grupo se
volvió a compactar para enfrentar el ultimo reto, la gran pared de cemento que
es la carretera que accede a Hernández, así que se dio la luz verde y partida,
se inició la última escalada hasta la meta, pero luego de tantas horas de
camino, enfrentar esta pendiente se hizo más complicado, pero el ser humano está
hecho para esto y para más, por lo que con el “último suspiro” todos, primero
unos y después los otros, fueron llegando hasta la meta final, la población de
Hernández, todo estos a las 2 de la tarde, donde el comité organizador
encabezado por el ingeniero juan Carlos carrero tenía preparado un rico
almuerzo para restaurar las fuerzas de los caminantes y volver hasta el sitio
de partida, la ciudad de El Vigía.
el grupo de caminantes. con la capilla de las cocuizas al fonfo |
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