Este sábado 14 de febrero tuve la
oportunidad de visitar y conocer (por
fin) la laguna negra, esta aventura fue programada por mi amigo Ramiro
Villalobos quien quería celebrar junto a su novia, el día de los enamorados de
una manera diferente, así que este periplo inicio, para mí a las 4 y media de
la mañana, preparando el equipo para luego salir al terminal (5am), para desde
allí salir rumbo a la ciudad de Mérida donde me esperaban los compañeros de
ruta, entre ellos Ramiro Y Luis Matheus, al llegar al terminal de Mérida
tomamos la buseta rumbo a Apartaderos, aquí es importante hacerles saber que los
conductores de esta línea cobran un poquito más y puede llevar a quienes quieran hasta la laguna de Mucubají, ya a partir de
este punto, (la carretera frente a la entrada a la laguna de Mucubají), el
recorrido se debe hacerse a pie. Así que morral a la espalda comenzó nuestro
caminar acompañados de un clima muy agradable, ya que el sol no estaba fuerte y permitió observar los bellos paisajes del parque nacional sierra
nevada y tomar buenas fotografías.
El camino a la laguna negra se hace a partir
de la laguna de Mucubaji, se puede hacer a pie o a caballo, pero como lo de
nosotros es caminar optamos por la primera opción, el recorrido de ida es muy
bueno lo que nos hace suponer que el regreso no será muy cómodo, ya después de
una hora y media llegamos a la laguna negra…………que bella laguna, mirándola entendí
porque tantas leyendas y mitos y es que de verdad me encantó, tan serena, fría y
cristalina en fin una experiencia mágica, definitivamente que valió la pena el
esfuerzo, claro que hay que ir antes de las 12 pm ya que después de esa hora
quienes van ya no la pueden apreciar pues la neblina se hace dueña del lugar.
Luego
de las fotos oficiales y comer, tomamos el camino de regreso el cual se tornó más
fuerte, pero poco a poco llegamos nuevamente hasta la carretera frente a la
entrada de la laguna de Mucubají y gracias a un conductor que nos dio el aventón
llegamos a la parada de la buseta que nos llevaría hasta Mérida, aquí cada
quien tomó su ruta y yo volví a mi querida ciudad de El Vigia, esperando la próxima
aventura.


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