jueves, 10 de febrero de 2011

El alcoholismo, una enfermedad "muy democrática"

A diferencia del consumo de otras sustancias adictivas, beber alcohol es un hábito social y culturalmente aceptado en muchos países. Está "bien visto", como se dice comúnmente. Sin embargo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el alcoholismo causa más de dos millones y medio de muertes cada año.
Y América Latina no es una excepción en este problema de salud pública. En la región, el consumo de alcohol por cabeza supera en un 40% al promedio mundial.
El último informe elaborado por la OMS en 2007 sobre el alcoholismo en el continente americano concluyó que "el valor promedio de consumo per cápita de alcohol en las Américas es de 8,7 litros, lo cual está muy por encima de la media global de 6,2 litros".
Pero además, en la región, el alcoholismo tiene un matiz particular ya que es un problema que afecta cada vez a personas más jóvenes.
Consumidores cada vez más jóvenes
"El alcoholismo es una enfermedad muy democrática en América Latina. Hay un patrón de consumo de alcohol en la región que es diferente de otras partes del mundo. Aquí los jóvenes comienzan a consumir alcohol muy pronto y esto es un problema grave", comentó a BBC Mundo el profesor Arthur Guerra de Andrade, profesor de psiquiatría en la Universidad de Sao Paulo y presidente de la ONG Centro de Informaciones de Salud y Alcohol en la ciudad brasileña.
Pero aunque la media regional de consumo de alcohol es elevada, no todos los países latinoamericanos tienen hábitos equiparables.
"No hay una distribución uniforme. Hay una relación con la economía de los países. Por ejemplo, en Chile, la prevalencia de alcoholismo es más baja. En cambio, los países más pobres, como Bolivia y América Central, tienen más alcoholismo. Sin embargo, en esos casos quizá no existen datos tan precisos porque los estudios epidemiológicos son menores", apuntó Guerra.
En una región tan grande, la realidad del problema del alcoholismo es diversa. Sin embargo, los expertos coinciden en asegurar que los planes de prevención del consumo de bebidas alcohólicas en América Latina son insuficientes.
Para saber más visita:

Si mira cuando lo inyectan, no le va a doler tanto
Lo que usted mira puede influir en la cantidad de dolor que siente, revela un estudio.
Contrariamente a la compulsión de muchas personas a mirar hacia otro lado durante un evento doloroso, como una inyección, los científicos descubrieron que observar puede servir como analgésico.
Y el equipo también demostró que magnificar el tamaño de la zona del cuerpo que sufre, para hacer que parezca más grande, disminuye aún más el dolor.
El estudio, publicado en Psychological Science, arroja luz sobre cómo el cerebro procesa el dolor.
Los investigadores dicen que una mejor comprensión de este mecanismo podría conducir a nuevos tratamientos para algunas enfermedades crónicas.
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