domingo, 2 de junio de 2013

La alimentación del Ejército patriota

Ramón R. Hermoso Boscán.

tomado de: http://www.diariofrontera.com

     Casi no hay un lugar de la extensa y ardua geografía de las naciones libertadas por Simón Bolívar, donde no salte el recuerdo de la gesta magnífica de la Independencia. Sin embargo muy poco sabemos de esa otra gesta no menos heroica preñada de angustias y enojos por lograr los recursos económicos y alimenticios para mantener el Ejército Patriota durante el proceso independentista.  A un hombre de la talla de Bolívar, debió serle muy duro, hacerle frente a las inmensas dificultades financieras y logísticas de la guerra. Sus documentos están llenos de referencia a esos problemas. Veamos algunos aspectos referidos a la alimentación. Las diferentes fuentes consultadas sobre la materia, en especial las documentales, la correspondencia entre los altos mandos involucrados y los partes diarios de las unidades del Ejército Libertador, indican que el tema de la alimentación era la preocupación constante. En esa época, no se contaba con una ración fija o ración de combate tanto para oficiales como para la tropa. El sustento se hacía a diario y con lo que consiguieran en el camino. La obtención del alimento se dificultaba, los campesinos acostumbrados a cultivar la tierra y recoger la cosecha para venderla, ahora se dedicaban a servir en el Ejército, acontecimiento que llevó al abandono de la tierra y por consiguiente a la escasez de los diferentes rubros alimenticios. Las fuentes principales, de obtención de suministros consistían, entre otras, en las donaciones de los amigos de la causa, los embargos a las propiedades de los aliados de la Monarquía, saqueos a las tiendas de víveres, depósitos de alimentos y licores de los realistas y pillaje. Los soldados, en muchas oportunidades, debían procurarse su comida con los recursos que ofrecía la región por donde transitasen, de esta manera se conformaban con el ganado, cerdos o chivos que conseguían, plátanos, cambures, yuca, arroz, granos, los cuales eran confeccionados por las esposas y familiares que acompañaban en la retaguardia a las tropas. En muchas ocasiones el personal de oficiales y tropa  tuvieron que soportar hambre, en especial cuando los recursos financieros destinados a comprar alimentos no aparecían a tiempo o eran despojados de los suministros por el Ejército realista  cuando estos  ganaban un encuentro o combate a los patriotas. Por vía de ejemplo, la comida para los días anteriores a la Batalla de Carabobo, según los partes diarios, consistió en granos, carne de res: 350 gramos para cada soldado, plátanos, pan, carne de cabra o chivo, arroz, menestra (Guisado de hortalizas) y frutas silvestres El día de la batalla: Carne de res, pan y sal.  Tanto Bolívar como los demás oficiales comandantes de unidades y el estado mayor comían lo mismo que los soldados, se decía que el Libertador podía pasar varias horas alimentándose sólo con un poco de carne, generalmente “a la vara”. A propósito de la dieta de Bolívar, parece que era muy sobrio al comer, gustaba de las frutas y las ensaladas, comía poco dulce, prefería las arepas al pan y el agua al vino. Acostumbraba a usar “Ají” en sus comidas, consumía los guisos más humildes. Desayunaba con una taza de chocolate, de almuerzo disfrutaba un sancocho de gallina y la comida de platos sencillos.  Como podemos observar, el aspecto alimenticio del Ejército Patriota, y no menos del Ejército Realista, ocupó la primordial atención de los comandos de ambos bandos.

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