por Robinson Lopez
El juramento hipocrático es un
juramento público que hacen los que van a empezar sus prácticas con pacientes o
se gradúan en medicina, farmacia, veterinaria, tecnología médica, fisioterapia,
logopedia, odontología y enfermería, lo hacen igualmente otras personas del
área de la salud. Se hace ante los otros médicos, doctores y ante la comunidad.
Su contenido es de carácter ético, para orientar la práctica de su oficio, es
también el juramento que se basa a partir de la responsabilidad del ser humano
y conciencia de ella. (Wikipedia).
Después de saber lo que significa
dicho juramento, no queda más que preguntar ¿en vez de Hipócrates, no sería un
juramento hipócrita? Y es que a la hora de la verdad, quienes hacen este
juramento parecen priorizar al paciente a la hora de atenderlos, en primer
lugar si es importante, es decir, si
quien necesita la atención es amigo, familiar, amigo de un amigo, o peor aún si
es una persona pudiente o importante por algún cargo, y en segundo lugar a quienes lamentablemente no están en esta categoría
lo atienden cuando a ellos les da la gana y no cuando en verdad el paciente lo
necesita, ocasionando en muchos casos, ante la falta de la atención oportuna de
quien lo necesita, traumas complicados en incluso la muerte. Así es, como lo
leen, quizás aquí debo decir que no hay que meterlos a todos en el mismo “saco”,
es verdad, saquemos a uno que otro que sin duda cumple a cabalidad este
juramento, pero la gran mayoría actúa y atiende según estas categorías, esto
sin mencionar a aquellos doctores que no atienden en los hospitales como es
debido porque les resulta más lucrativo atender en clínicas, aquí me refiero específicamente
a quienes están en las emergencias de los hospitales, aquellos, enfermeras (os)
y doctores (ras) quienes tienen el deber de brindar la atención oportuna a
quienes llegan al centro hospitalario, una atención que de no ser la mejor
determinara el deterioro de la vida del paciente y el sufrimiento de sus
familiares.
Que tristeza, impotencia y rabia
se siente al saber que un ser querido hoy se encuentre debatiéndose entre la
vida y la muerte debido a que no estaba
en las categorías priorizadas por médicos y enfermeras, y no recibió una atención
oportuna, una realidad que a muchos le ha
pasado y que seguirá pasando producto de que aquellos que juraron darlo todo
por la salud de los pacientes no cumplen con ese juramento y por el contrario
priorizan a quien vale la pena atender, o a quien se puede atender cuando a
ellos les da la gana, ojala y la vida les pague con la misma moneda algún día y
“chupen” un poco de “su propia medicina”. Es decir que sientan lo que muchos
familiares sienten al tener que humillárseles para que por favor atiendan a sus
seres queridos a tiempo y no cuando ya es demasiado tarde.
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