domingo, 22 de enero de 2017

Costumbres Alimenticias, Un Chip Duro De Cambiar

Robinson Lopez 


Me encontraba en un establecimiento comercial realizando la compra de algunos ingredientes para preparar hamburguesas caseras, paralelamente otro cliente del local también compraba algunos artículos entre los que incluía una botella de 2 litros de la querida, deseada y apetecible coca cola,que mejor que este popular refresco para acompañar hamburguesas, parrillas, platos navideños etc. etc. etc. Bueno,  a raíz de este placer que tenemos los venezolanos salió a relucir la conversación que también se volvió costumbre donde nos encontremos y es la de los precios, así es, el elevado incremento de los precios en casi todo lo que consumimos, pero la tertulia se enfrasco más en el valor  del refresco, el cual oscila por el orden de los 4.000 bolívares, fue aquí donde nuevamente me tocó enfrentarme a una gran problemática que tenemos la gran mayoría de esta hermosa tierra, y es ese chip alimenticio en nuestra mente (yo ya me lo estoy quitando) de que las comidas como las anteriormente mencionadas, no se pueden consumir sin una Coca-Cola, es decir, que patacones, hamburguesas, parrillas entre muchas otras, si no es con una coca cola ¡no pasan!, por lo que yo muy gentilmente me enfrentè a mis oponentes en esa conversación, refiriéndome a que todo eso es parte de ese chip mental al que nos acostumbró la publicidad, la cual  envolvió a la  sociedad en su telaraña de consumo de productos que lo que menos aportan es beneficios saludables a nuestro organismo y hoy día menos a nuestro bolsillo.  Sin embargo la charla continuó, entre un gran grupo de defensores de esas mal sanas costumbres y este pobre quijote que con argumentos lógicos trataba de hacerles entender que eso es parte de un gran problema psicológico que está arraigado hasta en nuestros genes y el cual le trasmitimos a nuestros niños, por lo que no es raro que ya los pequeños desde que pueden hablar, saben que estos alimentos  se comen con la fulana marca de refresco. A la vez les decía, que habían otras alternativas  más naturales y económicas como por ejemplo un jugo de naranja, a lo que  alguien replicó que el azúcar está muy cara, yo le di la razón, pero le asegurè que  el bulto de naranja costaba menos del valor  ese refresco de 2 litros, o sea que con el dinero que se invierte  para tomar refresco un día, se puede hacer para beber jugo hasta quince días, y así mientras cancelábamos nuestras compras la conversación fue terminando sin que nadie diera el brazo a torcer. y para predicar con el ejemplo  me fui y comprè las naranjas(no el bulto) para preparar un rico jugo natural y demostrar que las hamburguesas también pasan así….aunque claro, de vez en cuando se puede comprar un refresquito sobre todo por la comodidad y premura de algunas situaciones que lo ameritan … ah espero que mis invitados no lean esto porque seguro se  traen su coca cola ja ja ja  

¿como esta tu chip alimenticio? 

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