Me encontraba en un
establecimiento comercial realizando la compra de algunos ingredientes para
preparar hamburguesas caseras, paralelamente otro cliente del local también compraba
algunos artículos entre los que incluía una botella de 2 litros de la querida,
deseada y apetecible coca cola,que mejor que este popular refresco para
acompañar hamburguesas, parrillas, platos navideños etc. etc. etc. Bueno, a raíz de este placer que tenemos los
venezolanos salió a relucir la conversación que también se volvió costumbre
donde nos encontremos y es la de los precios, así es, el elevado incremento de
los precios en casi todo lo que consumimos, pero la tertulia se enfrasco más en
el valor del refresco, el cual oscila
por el orden de los 4.000 bolívares, fue aquí donde nuevamente me tocó
enfrentarme a una gran problemática que tenemos la gran mayoría de esta hermosa
tierra, y es ese chip alimenticio en nuestra mente (yo ya me lo estoy quitando)
de que las comidas como las anteriormente mencionadas, no se pueden consumir sin
una Coca-Cola, es decir, que patacones, hamburguesas, parrillas entre muchas
otras, si no es con una coca cola ¡no pasan!, por lo que yo muy gentilmente me
enfrentè a mis oponentes en esa conversación, refiriéndome a que todo eso es
parte de ese chip mental al que nos acostumbró la publicidad, la cual envolvió a la
sociedad en su telaraña de consumo de productos que lo que menos aportan
es beneficios saludables a nuestro organismo y hoy día menos a nuestro
bolsillo. Sin embargo la charla continuó,
entre un gran grupo de defensores de esas mal sanas costumbres y este pobre
quijote que con argumentos lógicos trataba de hacerles entender que eso es
parte de un gran problema psicológico que está arraigado hasta en nuestros
genes y el cual le trasmitimos a nuestros niños, por lo que no es raro que ya
los pequeños desde que pueden hablar, saben que estos alimentos se comen con la fulana marca de refresco. A
la vez les decía, que habían otras alternativas
más naturales y económicas como por ejemplo un jugo de naranja, a lo que
alguien replicó que el azúcar está muy
cara, yo le di la razón, pero le asegurè que el bulto de naranja costaba menos del valor ese refresco de 2 litros, o sea que con el
dinero que se invierte para tomar
refresco un día, se puede hacer para beber jugo hasta quince días, y así mientras
cancelábamos nuestras compras la conversación fue terminando sin que nadie
diera el brazo a torcer. y para predicar con el ejemplo me fui y comprè las naranjas(no el
bulto) para preparar un rico jugo natural y demostrar que las hamburguesas también
pasan así….aunque claro, de vez en cuando se puede comprar un refresquito sobre
todo por la comodidad y premura de algunas situaciones que lo ameritan … ah
espero que mis invitados no lean esto porque seguro se traen su coca cola ja ja
ja
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| ¿como esta tu chip alimenticio? |

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